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El Foco
Tribuna
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Supermartes: Hillary, Trump y ‘the Latin power’

Como cada cuatro años, llega el supermartes: 13 estados votan a los candidatos demócratas y republicanos, de cara a sus respectivas convenciones. Los sistemas electorales difieren entre partidos y Estados, aunque el procedimiento es lo de menos. Lo único que cuenta es el número de delegados que conseguirá cada candidato, porque el que más delegados tenga en la convención será el elegido para representar oficialmente a su partido en las elecciones presidenciales. Habrá 2.472 delegados en la convención republicana contra 4.762 delegados demócratas.

Por este motivo y porque algún candidato saldrá tan reforzado como para dar un empujón definitivo a su candidatura, y habrá otros que, ante la falta de apoyo, habrán de retirarse, el supermartes es un antes y un después en la carrera electoral. Acertamos en nuestros pronósticos en 2008 y 2012, y querríamos repetir. Por ahora, nos ha ido bien en Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada.

Los estados que votan hoy son Texas, Georgia, Virginia, Massachusetts, Tennessee, Minnesota, Colorado, Alabama, Oklahoma, Arkansas, Vermont, Alaska y Wyoming. El electorado hispano será esencial en estas votaciones. Con la excepción de Vermont –poco poblado y con solo el 1,7% de la población hispana– la media aritmética de latinos es del 10%, aunque en Texas es del 38,6% y en Colorado el 21,2%. A priori, el voto hispano debería beneficiar a Clinton, Cruz y Rubio, en detrimento de Trump y Sanders. Sin embargo, las motivaciones del voto serán la generación de empleo y la reforma migratoria. En estos dos puntos, la trayectoria de Hillary le favorece. El extremo opuesto es Trump, por su promesa de deportar 11 millones de latinos y “construir un bello muro pagado por México”, que separe ambos países.

"La generación de empleo y la reforma migratoria serán las motivaciones del  voto”

A Sanders, entre hispanos, ni se le encuentra ni se le espera. Pertenece a la galaxia Vermont, un microcosmos. Y, curiosamente, Cruz y Rubio pudieran ser considerados –en justicia– hispanos. En cambio, la realidad es compleja. Ambos son latinos por sus orígenes cubanos. Y esto les perjudica con la comunidad hispana: los cubanos son un grupo muy uniforme de exilados que vive, fundamentalmente, en Florida y a quienes une nacionalidad y sentimiento anticastrista. Tienen poco que ver con mexicanos, guatemaltecos, bolivianos, colombianos o salvadoreños, que componen el 90% de la población hispana que vive en EE UU (50 millones legales, 11 millones ilegales). A estos últimos, Castro les importa poco: quieren trabajo, reunificación familiar, nacionalidad estadounidense y vivir el sueño americano. Rubio se ha acercado más a los latinos en estas exigencias, mientras que Cruz ha alienado al voto hispano porque está de acuerdo con las políticas migratorias de Trump.

Al final del día, los demócratas habrán recolectado el 25% de sus delegados. Los republicanos, el 30%. ¿Cuál es el punto de partida? Si hubiera elecciones nacionales hoy, Trump conseguiría la nominación republicana con el 49% de los votos, seguido de lejos por Rubio (le sacaría 33 puntos) y Cruz. Hillary ganaría la candidatura demócrata (55%) con 17 puntos más que Sanders. El número de delegados que tienen unos y otros hoy es revelador: Clinton (543), Sanders (85). Para obtener la nominación, Hillary necesita 2.382 En el bando republicano, son necesarios 1.237: en cabeza, Trump (82), seguido de Cruz (17) y Rubio (16).

Clinton obtuvo una abrumadora victoria en Carolina del Sur. Trump ha recibido el apoyo de un renombrado miembro del establishment del partido, Chris Christie, que pasó de insultar a Trump a entregarse en sus brazos. Christie es muy respetado en el aparato del partido y su apoyo es una victoria para Trump, como lo es, entre el mundo latino, la victoria de Clinton en Carolina del Sur.

¿Qué pasará? En Tennessee (58 delegados republicanos, 76 demócratas) ganarán Trump (40%) y Clinton (60%); en Texas (155 delegados republicanos y 252 demócratas), vencerán Cruz (29%) y Clinton (59%); en Georgia (76 delegados republicanos, 116 demócratas), Trump (30%) y Clinton (64%). En Virginia (49 delegados republicanos, 110 demócratas), Trump (40%) y Clinton (59%); en Massachusetts (42 delegados republicanos, 116 demócratas), Trump (43%) y Clinton (50%); en Oklahoma (43 delegados republicanos, 42 demócratas), Trump (29,5%), Clinton (45%); en Alabama (50 delegados republicanos, 60 demócratas), Trump (36%), Clinton (65%); en Arkansas (40 delegados republicanos, 37 demócratas), Trump (26%), Clinton (57%); en Vermont (16 delegados republicanos, 26 demócratas), Trump (32%), Sanders (84,5%); en Minnesota (38 delegados republicanos, 93 demócratas), Trump (26%), Clinton (50%); en Alaska (28 delegados republicanos, 20 demócratas), Trump (28%), Clinton (44%); en Colorado (37 delegados republicanos, 79 demócratas), Carson (25%), Clinton (55%); en Wyoming (29 delegados republicanos que irán sin votación a la convención y 18 demócratas), la elección demócrata tendrá lugar el 9 de abril.

¿Qué aporta cada candidato potencialmente ganador? Trump gana a Cruz y Rubio en autenticidad, protección del terrorismo, posibilidades de ganar las elecciones presidenciales y tener una visión positiva del futuro. Hillary aporta seriedad y experiencia como primera dama en Arkansas, la Casa Blanca, senadora y secretaria de Estado.

El supermartes se resume en la palabra delegado para ambos partidos, lo que está en juego con 595 delegados republicanos y 1,004 delegados demócratas. Si se cumplen las previsiones de Advice, Hillary y Trump darán un empujón muy fuerte a sus posibilidades de ser candidatos. Rubio y Cruz necesitarían todo el apoyo del partido republicano para parar a Trump, y Sanders bien podría irse a predicar el comunismo a Corea del Norte, donde le escucharán con más agrado que en Norteamérica. ¿Obama? Por primera vez en años su índice de aprobación (+48% frente a -47%) supera al de desaprobación, según Gallup y Advice.

Jorge Díaz Cardiel es socio director de Advice Strategic Consultants. Autor de Obama y el liderazgo pragmático, La reinvención de Obama y La victoria de América.

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